miércoles, 10 de abril de 2013

No es fácil

No es fácil despertarse un día y saber que algo no está bien, que algo ha cambiado y es imposible que vuelva a ser como antes. ¿Cómo seguir como si todo fuese igual que antes una vez que has abierto los ojos? No es fácil. No es fácil porque ya no sé a qué atenerme, a qué aferrarme, a qué acogerme.
Cierro los ojos y me viene a la cabeza tu sonrisa, solo tu sonrisa, como si no existiese nada más, también tu risa o tu mirada y me pregunto qué ha cambiado si hace dos días me eras indiferente, ni siquiera tenia interés en hablar contigo, pero ahora no me vale solo con hablar superficialmente, quiero conocerte, saber más cosas sobre ti, rozarte, abrazarte, incluso, tal vez, besarte. Quiero estar a tu lado cuando estés feliz y cuando no aguantes más, quiero hacerte reír incluso cuando estés a punto de llorar o de gritar, quiero que mi boca se pierda en tu sonrisa cuando nadie nos mire, cuando estemos a solas, cuando no importe ni el día, ni la hora, ni quienes somos...
Pero no puede ser y lo sé, no puedo pedirte tanto cuando ni siquiera estoy segura de que mañana vaya a soñar contigo de nuevo, cuando no sé si estoy dispuesta a perderlo todo por ti, porque mi cabeza es así, despistada, caprichosa, amante de las historias de amor, capaz de confundir a mi corazón haciendo que se vuelva loco y sienta más de lo que debería, más de lo que debería permitirme sentir por alguien como tú, porque les haría daño, incluso a ti te haría daño y eso sería peor que no haberlo intentado porque hoy te veo sonreír pero mañana nadie lo sabe y me niego a ser quien borre esa preciosa sonrisa de tus labios.